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Cada mañana es una nueva oportunidad para agradecer a Dios. Sin embargo, debido al agite producido por las diversas actividades diarias es probable que muchas veces ese agradecimiento se pase por alto.
Cosas como bañarse, desayunar e ir al trabajo, son importantes, pero lo más vital al comenzar el día es apartar un tiempo para estar con el Señor.
Este hecho es tan importante, que aun el salmista David declaraba: «Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta», Salmos 5:3.
Existen tres cosas fundamentales que debemos hacer al iniciar un nuevo día: