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Alguna vez te has preguntado ¿por qué Dios no me quiere? Esta interrogante puede surgir cuando nos sucede algo que nos está superando en fuerza y en fe.
La prueba del amor de Dios por ti y por cada una de las personas en esta tierra está respaldado por el sacrificio de Jesús en la cruz. Esa es nuestra garantía y no tenemos que hacer nada para que Él nos quiera más o nos quiera menos. Simplemente debemos creer que somos amados porque esa es la realidad.
Todo lo que está aconteciendo a tu alrededor puede que te haga creer que Dios no te quiere, que no eres importante para Él, sin embargo, su Palabra y la obra de Jesús son las pruebas irrefutables de que Dios sí te ama.
Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Jeremías 31:3